4/11/11

LA TRAGEDIA DE LA RAZÓN

Estos días se representa en Europa la tragedia de (lo que quedaba de) la razón, que era esa cosa tan geométrica de calcular medidas y plazos. Porque ayer se evitaba la celebración de un referendo en la vieja Hellas, hoy se asume que la república romana es un protectorado alemán y mañana, suponemos, los resquicios del imperio católico (españoles, portugueses… esta gente) serán convenientemente renapoleonizados. Se trata, definitivamente, de la victoria final de Lutero (ese fraile que nos enseñó a encerrarnos en la individualidad para ya nunca ser autónomos). Se trata del fin de un mundo que durante siglos se comprendió en clave de esas raciones que proponían los geómetras griegos, esas raciones que elevaron a derecho sus colegas romanos, esas raciones que rescataron los traductores semitas del medioevo toledano. Se trata de la puntilla final a esa línea de conservación de la razón, el golpe de gracia con el que Europa, por fin, se vuelve abiertamente irracional, especulativa y autorreferencial. Ya no hay realidad que guíe el gobierno de la realidad. Ya no hay δημοκρατία, ni real ni de ningún otro tipo.


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