Dicen todos los expertos en sensibilidad que es que la crisis, en fin, los mercados, ya se sabe, la especulación y blablabla... como si lo que se hace en esas esferas financieras fuera muy distinto de la ética que rige nuestras vidas. Y es que en los mercados, especulando, se pretende que, de rebote en rebote, apoyado en inciertas y difusas referencias, lo que hoy se compra por un poco, mañana se venda por un poco más. Nada muy distinto de lo que se ha procurado desde tiempos remotos si no fuera porque esas referencias que marcan el precio de compraventa ya no son previsibles, ya no responden a fórmulas referenciadas a un fijo (digamos, con los fisiócratas, la tierra, por ejemplo), sino que son coyunturas caprichosas que marcan tendencias descabezadas. Y en eso se han convertido nuestros trabajos: acumulación de activos dispuestos a ser apostados en un bien o servicio que ojalá, diosmíoporfavor, guste al público. La relación de la labor desempeñada con una necesidad fija es mera casualidad. Todo pasa por relacionarse ventajosamente... todo es un túsíquevales donde, por ejemplo, cantar haciendo el pino puede hacerte un triunfador... todo es una partida de póker. ... todo es perniciosa especulación... Y eso que hace la banca es, en definitiva, lo que hacemos todos en nuestros respetables trabajos y emprendimientos... incluido este infravalorado blog!!!
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