Y llega la huelga general, que es el modo solidario de parar
la producción, y dice la derecha que España no se lo puede permitir, y replica
la izquierda que son los trabajadores quienes no pueden permitir esta España; porque
está en juego la salvación obrera para unos y la de la riqueza nacional para otros;
porque debemos parar la producción, esputan por aquí, no podéis parar la
producción, eructan por allá… y entre tanto vocerío, acaban creyendo que, en la enredada economía post, parar la
producción es cosa de su voluntad. Y así es como, en este entremés, derecha e
izquierda ensayan sus guiones decimonónicos hasta la próxima función,
preocupados, sobre todo, por el aplauso final.
PD: Ya que lo dicho es insustancial, ‘La Sala de Máquinas’ detendrá
sus engranajes el 29M como buen laboratorio tragicómico que es… ¡¡que el
capital no cuente con ninguna tesis insustancial, ni con la consiguiente plusvalía, para ese día!!
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